Ari, ari, ari...

Bilbao; Frio. Chiri-biri. Cambio. Son sensaciones que me traigo después de un fin de semana por Euskadi, además del eco de un grito ilusionante. ari, ari, ari...

Lo del cambio es verdad que es algo que en política a veces suena a manido. Todos los partidos hablan del cambio cuando están en oposición. Sin embargo es verdad que en ocasiones el cambio es una sensación. Ocurre sin más. Y en Euskadi ese cambio ya cala como su chiri-biri. ari, ari, ari...

A veces el cambio llega por el fin de un ciclo. Otras por la ilusión del porvenir. En otros casos como rechazo al presente, por artazgo. Y cuando se dan todas las posibles razones mencionadas juntas, el cambio se convierte en un torrete de esperanza imparable. ari, ari, ari...

Hay ganas. Ganas de hacer política con mayúsculas, ganas de igualdad de opotunidades, de libertad y respeto a la diferencia. Ganas de extender derechos y restar crispación. Ganas de unir desde el progreso y dejando atrás la apropiación de lo que no tiene dueño, la manipulación de lo colectivo. Hay ganas de cambio y todos sabemos el camino del mismo.

Ari, ari, ari, Patxi...