Intervención Homenaje Utoya

Buenas tardes amigas y amigos:

Hoy los socialistas andaluces y muy especialmente las Juventudes Socialistas de Andalucía nos damos cita para reivindicar el valor del compromiso que llevó a la muerte a nuestros compañeros de las Juventudes Laboristas Noruegas.

Hace un mes, 69 de nuestros compañeros y compañeras, hermanos como nosotros de la Internacional de Jóvenes socialistas, fueron brutalmente asesinados por odio, por fanatismo y por intolerancia.

Les mataron por su compromiso político. Les mataron haciendo política. Les mataron por se jóvenes que no sabían permanecer indiferentes frente a las injusticias y el drama. Asesinados por defender la igualdad, la justicia social y la solidaridad.

No es la primera vez que el fascismo intenta matar nuestras ideas a través de las balas. Ojalá sea la última. Hace tan sólo 4 días se cumplieron 75 años del asesinato del poeta andaluz Federico García Lorca. Pero ni hace 75 años ni hace un mes ni nunca se podrá acabar ni con mil malas con una sola de nuestras ideas.

Hoy más que nunca debemos suscribir las palabras de Lorca en uno de sus poemas: “yo denuncio a toda la gente que ignora a la otra mitad”. Esa denuncia de Lorca, como la denuncia de nuestros compañeros noruegos, tiene que continuar en todos y cada uno de nosotros.


Por eso yo quiero pediros, a vosotros y a todos los jóvenes andaluces, que no cejemos en nuestro empeño de acabar con las injusticias. Porque como decía el propio Lorca, “Andalucía tiene todo el aire lleno de libertad”. Y esa libertad ha de darnos el compromiso y la fuerza de saber que la convicción de la palabra es a prueba de balas.

Desde el día 22 de julio, los jóvenes tenemos 69 nuevas razones para comprometernos. Comprometámonos con la justicia, comprometámonos con la paz, Comprometámonos con la lucha frente a la intolerancia.

Nos toca asumir nuestra responsabilidad, como hacían los jóvenes asesinados en Utoya, Exijamos el fin de toda violencia. Exijamos el fin de cualquier opresión.

Jóvenes, indignémonos, si, alcemos la voz, por supuesto; pero, sobre todo, comprometámonos, como hicieron nuestros compañeros noruegos. Con nuestro tiempo, con nuestros valores, con nuestra lucha, con la igualdad y con la justicia.

Y termino con unos versos que el poeta Adúriz dedicó a Lorca sy asesinato y que hoy quiero hacer extensible a los jóvenes socialistas asesinados en Noruega:

Como cae una dulce paloma/ derribada por el plomo del odio/ asi cayó tu sueño/ sobre la blanda tierra.

Amigos, no dejemos que los sueños de los 69 luchadores asesinados en Utoya queden tendidos sobre la tierra. Agarremos su testigo y seamos capaces de conseguirlos.